En la época actual se ha perdido la costumbre de comprar el producto directamente al agricultor y, por norma, aprovechamos la visita a grandes hipermercados para coger la fruta y verdura que vamos a consumir durante la semana.
Esto ha hecho que el mercado se centralice en torno a la figura del hipermercado, supermercado o frutería que ofrecen la comodidad de tenerlo todo en el mismo lugar, pero que también nos quita algunos otros beneficios.
Con la evolución del transporte la fruta y verdura fue llegando más lejos para venderse en fruterías o en grandes establecimientos como hipermercados o supermercados. Hasta esa fecha el agricultor mediante trueque o venta directa comerciaba con sus productos en su localidad o en las del alrededor.
Era una época donde el autoconsumo estaba a la orden del día en las zonas limítrofes y normalmente aquellas personas que compraban a diario estos productos se concentraban en ciudades.
De esta manera los agricultores de extrarradio montaban sus puestos para vender sus producciones. Igualmente era impensable encontrar fruta y verdura de otros países ya que los trayectos se prolongaban mucho en el tiempo y pocas sobrevivían al trayecto.
El crecimiento de la industria hortofrutícola trajo una pérdida de peso en la transacción comercial por parte de los agricultores, que se vieron relegados a depender de los precios de grandes operaciones internacionales. Cada vez su competencia es mayor, ya que han pasado de competir con productores de la zona a competir con cualquier parte del mundo, incluso con aquellas donde el nivel de vida es mucho mayor.
España tiene distintas zonas de cultivo de verduras que varían según sea por el interior o por la costa mediterránea. Tener localizadas estas zonas y poder contactar con productores locales puede ser un beneficio para adquirir productos de primera sin el acarreo económico que suponen los intermediarios.
Una de las zonas con más índice de producción de verduras es Almería, que, gracias a su sistema de invernaderos y sus trescientos días de sol al año, provee a todo el país de verduras en cualquier periodo.
El acceso a contactos de productores con verduras puede suponer una reducción considerable de precio frente a la compra en grandes centrales o mercados.
De igual manera cada zona de la geografía peninsular cuenta con agricultores que ofrecen frutas directamente del campo. El Valle del Jerte, la zona mediterránea y atlántica producen al año una cantidad enorme de distintas frutas.
Tanto en producción ecológica como convencional, se puede acceder a productores de mayor o menor tamaño para satisfacer las demandas de mercados de otras partes de la península.
Incluso apalabrando un flujo constante de entrega de frutas puedes cubrir la temporada de dicho producto durante su época.
El modelo de comercio hortofrutícola actual encarece mucho el coste del producto una vez está recolectado. De este modo, cuando ya está listo para ser consumido, comienza un proceso de tránsito y empaquetado que, sin mejorar las propiedades inherentes del fruto, lo prepara para la venta en grandes superficies.
Son varios los traslados y empresas o agentes que interfieren entre el agricultor y el consumidor final. Esto se puede evitar eliminando y concienciando al comprador de que no son necesarios muchos de los procesos que tienen lugar después de la recolección del producto.
Actualmente los agricultores reciben una mínima parte del precio que se pagan en las grandes superficies por su cosecha. Por ello, ofreciendo alternativas como la compra directa en lugar de intermediarios ellos pueden percibir un mayor importe por su producción y aún ser más económico que el precio en una central de compra o mercado.
De igual manera, al eliminar traslados y almacenajes en cámara innecesarios el impacto en cuanto a CO2 y consumo de combustibles fósiles se reduce. También favorece a fomentar el consumo de producto nacional y concienciar de comprar los productos de la zona en su fecha de recolección. Por tanto la economía no sufre fugas a otros países y se contribuye al bienestar español.
Hasta ahora el agricultor había delegado la tarea de buscar compradores a terceras personas. Pero la tendencia de precios actual hace que quieran volver a tomar el control de las negociaciones de sus cosechas. Por esto cada día, a través de internet. están subiendo las transacciones hortofrutícolas directamente con los agricultores.
Actualmente, en portales de compra-venta, redes sociales o con páginas webs propias los productores ofrecen su fruta y verdura buscando compradores para ellas.
Temporada de Cosecha se posiciona como una alternativa que concentra la atención en una sola plataforma, sin artículos que no pertenecen al mundo hortofrutícola y cediendo el control de las negociaciones al comprador y vendedor.